Al cumplirse 10 años de la terrible masacre de 72 migrantes en Tamaulipas, México, en su mayoría inmigrantes procedentes de Centro y Sur América, entre lo que se encontraban 14 salvadoreños, Mons. Escobar Alas alzó la voz para pedir el debido respeto a los derechos humanos para todos los migrantes y exigió a las autoridades correspondientes que brinden justicia a las víctimas.
En el comunicado se denuncia que han pasado 15 días desde el asesinato del padre Ricardo Antonio Cortéz y las autoridades salvadoreñas no han dado ninguna información sobre el crimen. Por tal motivo, pide una vez más al Gobierno de la República y a las Autoridades judiciales que se investigue el crimen y se haga justicia.
Dado que el lunes 24 de agosto inicia la reactivación económica, expresó su preocupación por la ausencia de una ley que regule el proceder la sociedad. Exhortó a las empresas a practicar la responsabilidad social de manera que se proteja a los trabajadores con las máximas medidas de seguridad sanitarias. Al tiempo que invitó a todos los salvadoreños a actuar con la máxima responsabilidad para proteger la vida propia y la de los demás.
Recordó que la Iglesia Católica mantiene la apertura de los templos para el culto con presencia de fieles y se aplicarán el protocolo de medidas sanitarias aprobado por la Conferencia Episcopal.
COMUNICADO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE SAN SALVADOR
1. Hoy se cumplen 10 años de la terrible masacre de los 72 migrantes, en San Fernando, Tamaulipas, México. Fueron 72 las personas ejecutadas, 58 hombres y 14 mujeres, en su mayoria inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica, 14 de ellos eran salvadoreños. Asesinados por la espalda, para posteriomente ser apilados y puestos a la intemperie. Fueron encontrados sus cuerpos un día después, el 24 de agosto de 2010. A la fecha han pasado 10 años y ese espantoso crimen, como muchos otros más, cometidos a nuestros hermanos migrantes, sigue en la impunidad. Exigimos a las autoridades correspondientes, que brinden justicia a las víctimas. Y, levantamos la voz para pedir el debido respeto a los derechos humanos, para todos nuestros hermanos migrantes
2. Han pasado 15 días desde el gravísimo crimen, el asesinato contra el sacerdote Ricardo Antonio Cortez. Es verdaderamente lamentable que en todo este tiempo no haya ninguna noticia de la investigación del crimen. Pedimos una vez más, al Gobierno de la República y a las Autoridades Judiciales que se investigue el crimen cometido y se haga justicia, para que no quede en la impunidad, como los anteriores asesinatos a los sacerdotes. Es imposible que salgamos de la terrible situación de violencia en que vivimos, si se favorece la impunidad y se niega la justicia a las víctimas. Solo cuando hay justicia, los crímenes dejan de cometerse.
3. Estamos en el momento de la reactivación económica, después de la cuarentena, a causa del coronavirus, es realmente triste y lamentable que, en este momento tan crucial, no haya ley ni norma alguna, que regule el proceder de la sociedad. Por eso precisamente, es ahora cuando de modo prominente debe practicarse la responsabilidad social de las empresas, para lejos de exponer a los trabajadores al contagio del virus, debe protegérseles con las máximas medidas de seguridad sanitaria, distanciamiento social, y reactivación escalonada, además de todas las medidas de bioseguridad; respetando y protegiéndoles todos sus derechos. Solo así podremos salir adelante sin caer en una catástrofe nacional.
4. La lglesia católica, como ya ha sido publicado, el próximo domingo abrirá sus templos para el culto con la presencia de fieles, pero de forma parcial, y, con todas las normas de seguridad sanitaria, cumpliendo el protocolo aprobado por nuestra Conferencia Episcopal y por las Autoridades sanitarias.
5. Al no haber ley que proteja la salud y la vida de las personas en este momento de reactivación de la economía nacional, es cuanto todos debenos actuar con la máxima responsabilidad posible, pars proteger la vida de los demás y la nuestra. Pidamos a Dios que la reactivación económica no sea causa de más muertes y enfermedades, sino por el contrario, que nos ayude a todos a establecer la nueva normalidad, con mayor responsabilidad y caridad para con nuestros hermanos.
Que Dios nos bendiga a todos.
Dado el 23 de agosto de 2020.
+ Mons. José Luis Escobar Alas
Arzobispo de San Salvador
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